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18 de febrero de 2011

Poderoso Don Dinero y Conciencia Social


Quien escribe estas breves líneas no pertenece ni milita en ningún partido o ideología de carácter marxista-leninista, socialista, comunista o anarquista... "Ismo" es el maldito sufijo de las limitaciones. Tampoco me hallo asociado al bando contrario por el hecho de que una inmensa mayoria tiende automática y desgraciadamente a intentar catalogarle a cualquiera basándose en el eterno e inmovilista binomio(aquí bipartidismo según la ciencia política) ¡Allá cada cual con sus interpretaciones! Las etiquetas ideológicas, sobre todo en política, en no pocas ocasiones han servido para desvirtuar de forma categórica la amplitud de ciertos términos encajonándolos injusta e infantilmente, alejándolos de una justa objetividad. En general(Generalizar es ligeramente equivocarse) este vicio de etiquetar ideologías y doctrinas ha debilitado al mismo tiempo la fuerza esencial de cada partido o incluso creencia (el Cristianismo, por ejemplo sin ir más lejos -aunque no más tarde-) Ni más ni menos este pobre capítulo mio se centra a modo de resumen casi anecdótico en el lúcido concepto de la conciencia social* inspirado en el intento de visión objetiva de una ciencia reconocida como el apasionante Materialismo histórico*. No soy experto en la materia pero trataré si puedo de arrojar una chispa aunque pequeña de luz de la manera más clarificadora posible. El resto le toca a ustedes, según el interés o desinterés sobre el tema... Hace unos días, en el mismo momento de reescribir este sesudillo artículo el gobierno socialista del PSOE (no vamos a debatir ahora si se trata de derechas o de izquierdas) con la ayuda de los sindicatos mayoritarios (tampoco vamos a cuestionar en este capítulo si se tratan de sindicatos burgueses o no) y la influencia poderosa de parte de la patronal ha vuelto a castigar al sufrido pueblo español, preferentemente a los más débiles como son los ancianos y pobres, con la aprobación de la reforma de las pensiones (hace poco la ley saludablemente recaudatoria del tabaco, luego fue la oscurantista e indefinida "Ley Sinde" -apoyada por la derecha opositora- y mañana quizás otro disgustejo más...) que no conducen a ninguna parte y ni muchos menos a paliar la crisis vaticinada para unos años más -¡ojalá sean menos!-, pues se revelan evidentemente como un intento absurdo de lavar la mala imagen que de por sí ha provocado su insuficiente a la vez que tardía tardía gestión económica de un tiempo a esta parte. Tampoco creo que sea nada fácil en este sistema tan pero tan estructurado gobernar como Dios manda... En fin, este tipo de acciones ya sabéis que vienen sucediendo desde el principio de la revolución industrial y del capitalismo en general. No es raro presenciar paralelamente un bombardeo casi a diario de promesas beneficiosas, e incluso algunas pudieran ser de carácter sospechosamente adulador por uno u otro partido, que quede claro, pues el oportunismo político ahora mismo nunca se había sentido tan feliz en muchos años.
Como pueden observar, me ha interesado al igual que muchos españoles(¡obvio!), el asunto desde algún tiempo a raiz de las preocupaciones constantes(y ahora alarmantes) de la mayoría de los ciudadanos europeos (últimamente también en el pequeño pais tunecino, Egipto y otros paises árabes en proceso progresivo y exitoso de revolución social por sus básicos derechos) en tema de política social, pues al fin y al cabo casi todo el mundo se preocupa en mayor o menor grado del pan de todos los días. Y esto es política, ni más ni menos, sin ningún misterio añadido o por añadir... Una familia tirada en una calle cualquiera de nuestras grandes ciudades a unas crueles temperaturas bajo cero y con niños pasando hambre no parece una estampa navideña bonita, pero sí es REAL. Al igual que el principe Siddharta (aquel que se convirtió años después en el iluminado Buda) presenció impactante por primera vez la horrible miseria y dolor en las calles de su pueblo que le habían ocultado su poderosa familia, nosotros seremos tarde o temprano alguna vez ¡como mínimo! observadores atónitos que van saliendo de nuestros pequeños palacios prefabricados de comodidades para ir despertando al mismo tiempo de esa rutina insensible, verdaderamente antisocial...
Si antes el terrorismo (aprovechado desgraciadamente en algunas ocasiones por el electoralismo de turno) era la principal preocupación de los españoles los tiempos han cambiando tanto...(se sabía ya mucho tiempo atrás pues se trata de ciclos económicos viciosillamente repetitivos) que ahora el fantasma del desempleo y la precariedad laboral ocupan un lugar cada vez más aplastante en las encuestas más imparciales. Y más aún, pues la resignación de ese inconsciente colectivo hacia este grave problema socialmente vital resulta mayor todavía. En alguna ocasión hemos oido decir de nuestros mayores que una guerra puede resultar menos hostil que la explotación y la pobreza martilleante de todos los días. Dios quiera que no.
No obstante, he de reconocer que muchos de los planteamientos aquí expuestos están inspirados en aquellos sabios que se han dedicado por entero a ahondar en el "Marxismo-leninismo". Se le ha llamado también algo relacionado con la "Filosofía de la sospecha"(interesante nombrecito) y su mayor "profeta-exponente" ya sabemos que es el filósofo alemán de Tréveris. Carlos Marx está resucitando de nuevo como ave fénix de las cenizas a pesar de la historia más totalitariamente roja. Igual sucede y con un claro acento también radical con respecto a las ideologías más reaccionarias. NO intento perseguir ningún tipo de adoctrinamiento sino humildemente destapar ahora un poquito de esos probables mecanismos de engaño socioeconómico que se pueden enfocar a la actualidad... ¿Ok?
El denominado "Poderoso Don dinero"* no solamente hace referencia al genial poema de Quevedo: es la fuente de casi todos los males y desgracias, pero también uno de los mejores calmantes para los nervios, el castigo supuestamente infernal para los ricos -tan grande como un camello- y la bendición que en este mundo todo lo arregla y lo cura. No importa lo feo que seas o lo torpe, cojo, inútil, etc. Con mucho dinero puedes comprar a una bella mujer del más selecto de los escaparates. Desaparece la cojera, la fealdad e incluso el peligro de muerte. ¿Careces de dignidad, bondad y principios éticos? No importa. Con dinero te abrirán muchas puertas y sobre todo: por dinero nada cuesta tanto como abandonar el ideal (en los partidos políticos, por ejemplo, hallarán también ejemplos vergonzosamente ilustrativos) Hace algún tiempo me fascinó la iluminadora idea expuesta por un sabio ruso de que no es la conciencia social la que determina las condiciones materiales, sino al revés: la situación material o económica es la que moldea la conciencia social(individual o colectiva) Esta premisa real como la vida misma se extiende pues a aspectos tales como la ideología política y jurídica, la moral, la religión, el arte... Estos elementos representan el reflejo de las condiciones de la vida material de la sociedad.
Antiguamente por influencia de la clase dominante eclesiástica se rezaba: "Bienaventurado es mi señor si ya dispone de una fuerte suma de dinero... " Ya sabemos que el infortunio y la aflicción tienden de por sí a atraer inevitablemente la fe. Sin embargo, existen muchos explotadores o canallas adinerados a quienes no resulta extraño que se refugien con frecuencia en la fe religiosa para tratar de engañarse a sí mismos y justificar a través de una supuesta gracia divina sus abusos o excesos. Sus conciencias parecen aliviarse gracias al poder generoso y expiatorio de la religión(a pesar de que "los ricos difícilmente entren en el reino de los cielos...") Asimismo, la sumisión allana el camino para negocios de este tipo en el nombre de Dios (o cualquier otro que genere interés) de lo contrario se acusará inquisitorialmente de forma manipuladora de cierto espíritu de rebeldía intentando aislar al sujeto del grupo. Y con esto no me estoy refiriendo únicamente al clásico sectarismo no católico, ideológico o incluso en el caso de alguna que otra web mediática de fuerte influencia*, p.ej. El "Vaticano", por ejemplo, en las últimas décadas se ha convertido en una poderosa multinacional(dueña entre otros de la gran italiana automovilística "FIAT") que invierte fuertes sumas de dinero hasta en condones o viagras de prestigiosa marca. Escandaloso pero cierto. Fíjense... ahora mismo recuerdo que después de aquel trágico terremoto en el pais más pobre de América: Haití, aparecieron manifestaciones de evangelistas trajeados con temperamento a lo Juan el Bautista con la idea de que había sido un castigo por parte del Señor. A estas mentes atrofiadas, entre ellas la del reverendo ultraderechista y multimillonario Pat Robertson, no se les ocurrió otra manera de justificar tan horrenda desgracia natural que a través del nombre de Dios para adular el prilegio de la riqueza económica de sus fieles, sin mencionar neciamente los incontables cataclismos acaecidos en el pais de Dios y del dólar.
Hoy en día todo o casi todo se compra y se vende: hasta el amor, la amistad, la muerte o la traición, por ejemplo. El abogado vive fundamentalmente de los delitos. El médico y parte del sistema sanitario de los enfermos. El cura o el reverendo de los muertos, de los que padecen hambre y sed... El político para disfrutar de un cómodo puesto necesita con ansiedad los votos de los ciudadanos sin importarle ni un pimiento su bien ni el cumplimiento futuro de sus promesas, representándose a sí mismo y no al pueblo. Los magnates fabricantes de armamento necesitan estimular guerras, conflictos y guerrillas para justificar una creciente demanda debido a un costo inicial muy elevado. El matrimonio se ha convertido ya en innumerables casos en una transacción comercial basado más bien en el cálculo y no en el amor. Y la mujer paupérrima con hijos se ve obligada tarde o temprano a anunciarse como esposa al mejor postor. En la prensa e incluso en las televisiones regionales podemos leer numerosos anuncios de mujeres que venden su cuerpo, su más importante dignidad femenina o a sí mismas como esclavas a hombres de gran solvencia económica.
Asimismo, en este sitema de pretendida democracia burguesa(y digo ahora pretendida porque ya profundizaré en otro capítulo el interés de la supuesta "democracia" casi inexistente o irreal según Rousseau*) El beneficio lucrativo (o mejor dicho acumulación de ganancias) justifica y explica todas las acciones de la burguesía*. "Burguesía" es un término no exclusivamente marxista utilizado para designar con prioridad a quienes poseen los medios de producción o servicios. Generalmente, cuanto más y más aumenten estas ganancias el Capitalista(o gran propietario) se envalentona, se puede crecer vicioso hasta el punto que para algunos no existirá crimen que no se arriesgue a llevar a cabo. "Tanto tienes tanto vales...", "El hombre es un lobo para el hombre", "hay gente que solamente tiene dinero, pero todo lo puede..." Son frases que ilustran claramente la competitividad sin escrúpulos por la obtención de dinero. La sociedad actual se rige por el criterio de libre mercado y por tanto su espíritu ambicioso impregna todas las áreas humanas. Que la mayoría de los comportamientos se derivan de las condiciones económicas resulta ya innegable hoy en día y desde la más remota antigüedad, donde el gran perjudicado ha sido casi siempre el verdadero responsable de la historia: el "pueblo". El culto a la personalidad tan extendido y el egotismo propio de este imperialismo* económico actual, cruel y abusivo en casi todas sus formas repito no tiene ni en cuenta la vida de miles de millones de seres catalogados más bien como cifras. De siempre han circulado estas famosas frases: "Si robas un panecillo te meten en la cárcel, pero si robas un tren te hacen senador", "Si matas a un hombre te conviertes en asesino y con pena de horca, pero si matas a dos mil te honrarán como héroe". La izquierda enmarcada en el sistema actual llamado "Democracia burguesa"(la denominación no es mía) ha propugnado con fuerte pero justa intensidad la difícil idea de la libertad(sobre todo bajo la asfixiante influencia de los regímenes totalitarios) Sin embargo, con el paso de los años más oscuros a partir del final de la IIGM (aquí en España obviamente mucho más tarde) la idea de la libertad y sus sinónimos se ha usado como eficaz estrategia electoralista, pasándose de la emancipación a la dependencia servil del capitalismo más salvaje. Libertad, sí claro, pero... ¿libertad para ser más egoístas? ¿libertad para el explotador sin escrúpulos o quizás también para el codicioso y nuevo "hombre de negocios" carente de moderación...? Aquí en el país íbero se tiene conocimiento de aquellos jóvenes falangistas que terminaron afiliándose al nuevo "Socialismo"(socialismo declarado oficialmente no marxista) a partir de la época gris de la transición. La idea atractiva de una España libre, pero de libre mercado constituía un sueño dorado para quienes se sentían reprimidos por un régimen que galopaba ingenuamente(¡inevitablemente!) a caballo entre el capitalismo moderno y el caudillismo, mientras buena parte de Europa disfrutaba desde hacía décadas de las supuestas libertades democráticas. Como el Señor Don dinero empezaba a ejercer(y ahora más que nunca por supuesto) una poderosa influencia gracias a ese sistema(repito) de libertades supuestamente democráticas, muchos cambiaron de ideología casi radicalmente como el que muda de ropa de trabajo a su feliz traje de bodas. Y me refería a supuesta democracia pues la realidad descubierta ya sobre todo por aquel ilustrador francés llamado Jean J. Rousseau a través de su brillante libro "El contrato social", nos habla de que es(y continúa siendo) un sistema de gobierno oligárquico de estructura parlamentaria y tendencia bipartidista donde el pueblo lógicamente no puede reunirse de manera constante -como debiera ser- para decidir asuntos públicos o privados. Lo llaman con frecuencia también en este marco obligado de libre comercio "Estado del bienestar" o bien "Estado de derecho", pero hasta un niño descubriría que se trata simple y sospechosamente de demagógicas palabras mayores.
Cuando se menciona conciencia social y capital, lo primero que a mi por lo menos me viene a la cabeza es ese militante (o personaje) de izquierdas de toda la vida que al conseguir una gran fortuna abandona satisfecho su propio partido, su propia ideología, para unirse por conveniencia a otros grandes hombres de negocios(políticos o no de ideología más bien reaccionaria) dejando tras de sí también su anterior espíritu reivindicativo. Ese humilde empleado al que le tocó la lotería, por ejemplo, menosprecia de la noche a la mañana su antigua y habitual humildad en sociedad para pasar a mejor trinchera: se convierte poco a poco en un caprichoso corrupto que puede tener a sus pies a sus anteriores compañeras o compañeros, a los cuales como perfecto canalla incluso les intenta comprar... y así miles de historias novelescas donde el cambio económico, por desgracia(para otros no), determina también primero la transformación personal, moral y luego social ... "o despojas a otro o te despojan a ti", o te resignas a ser esclavo o aspiras a ser un triunfante explotador a quien ya no le importará pisotear a quien halle en su camino, incluido su propio hermano. La corrupción, es, pues la inevitable dádiva de la pasión por el dinero. La corrupción no conoce freno moral ni límites. Desde la infancia y desde muy antiguo, sobre todo en las regiones alejadas de las grandes ciudades, todavía inculcan la "provechosa" idea de ir al colegio para no ser engañados y huir hacia el cielo si es posible como sea de la hostil servidumbre. O todo o nada. O eres un exitoso empresario sin apenas competencia o a currar sin remedio ni gloria como quiere y donde quiere tu dueño/señor casi todos los días. Pero también es cierto que se ha ampliado a las dos mayores clases socioeconómicas de la actualidad: los que trabajan y los que no. Quien tiene dinero posee el poder y lo que se le antoje (y si tiene mucho puede sacrificar millones de vidas si así le conviene a pesar de que pueda llegar a ser un completo inútil) Quien carece de él en cambio se le condena a la más que probable miseria, a la privación de derechos -en no pocas ocasiones fundamentales, primarios- y a las humillaciones por doquier. La historia de América representa el mejor ejemplo de brutalidad descarada en ese sentido y en su extensísimo libro "Las venas abiertas de América Latina"* Eduardo Galeano lo explica genialmente bien con datos y señales.
En otro capítulo trataré aquí en esta web o en otros espacios, si Doña Censura de la santa inquisición del siglo XXI me lo permite(amparándome en el artículo 20 de nuestra norma suprema que es la Constitución Española) de las barbaridades e injusticias descaradas que se vienen cometiendo desde tiempo atrás hasta nuestro querido tiempo actual de recesión, pero sobre todo y ante todo basándome en ese nombre ya casi benditamente maldito del dios Capital.  (Solramus)

          Carlos Marx (1818, Alemania - 1883, Inglaterra...)
Al autor de la obra "El Capital" (tres grandes tomos) se le sigue considerando incluso hoy más que nunca también un gran profeta. Y no me refiero sólo a esa capacidad tan lúcidamente real de análisis y denuncia sobre incluso esta sociedad esclavista-capitalista sin escrúpulos (su mensaje no caduca) Leyendo una de sus sesudas cartas, descubrimos perplejos como Marx vaticinaba, con una más que erudita seguridad, la inevitable y definitiva independencia de la India colonial que se produjo muchos años depués (1947 -gracias al PUEBLO Hindú liderado por Gandhi-)

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